Inés Alberdi Alonso

Biografía

Ines Alberdi nació en Sevilla en 1948.

Estudio Ciencias Políticas y Económicas en la Universidad Complutense de Madrid y obtuvo el Doctorado en Sociología en 1978. Ha sido por mas de cuarenta años profesora en la Universidad Complutense, donde es Catedrática de Sociología desde 1991. Ha investigado y publicado libros sobre la familia, el divorcio y la igualdad entre las mujeres y los hombres dentro del matrimonio. También ha estudiado la violencia contra las mujeres, las aspiraciones de las mujeres jóvenes y la importancia de la paternidad.

Ha colaborado activamente con los grupos de feministas dedicados a cambiar la situación social de España y a conseguir la igualdad de derechos para las mujeres. En los años sesenta formó parte de los grupos universitarios que se empezaban a reunir para discutir su situación como mujeres, y en los setenta, del llamado Movimiento de Liberación de la Mujer, que se propuso conseguir los cambios legales, civiles laborales y penales, que ampliaran los derechos de las mujeres y los igualaran a los de los hombres. En los años ochenta colaboró con el Instituto de la Mujer y con la Comisión de Igualdad de la Comunidad Europea que promovieron múltiples cambios con respecto a la igualdad de oportunidades de las mujeres, especialmente en el campo laboral. En los noventa realizó investigaciones sobre las relaciones en el interior de la familia, las nuevas aspiraciones de las mujeres jóvenes y los cambios en la maternidad y en la paternidad. Al comenzar este siglo, fue diputada en la Asamblea de Madrid y trabajó preferentemente en las Comisiones de Mujer y de Asuntos Sociales y Familia. En 2008 se trasladó a Nueva York donde por tres años trabajó por la mejora de las condiciones sociales y políticas de las mujeres a nivel mundial, como directora ejecutiva del Fondo de Desarrollo de la Mujer de las Naciones Unidas. A partir de 2011 volvió a trabajar en la Universidad Complutense de Madrid dando cursos de Sociología del Género y Sociología del Cuidado. Desde 2018 es catedrática honorifica y se dedica principalmente a tutorizar trabajos de fin de grado.

Premio Nacional de Sociología y Ciencia Política 2019

por la Excma. Sra. D.ª María Teresa Fernández de la Vega

Majestad, Sr. Ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Sr. Presidente del CIS, Autoridades, Señoras y Señores, amigas y amigos, querida Inés.

Tengo que comenzar diciendo que es un honor inmenso para mí estar hoy aquí, realizando la laudatio de Dª Inés Alberdi Alonso, catedrática y Premio Nacional de Sociología 2019. Un premio merecidísimo para la que ha sido en España pionera y maestra en Sociología de Género.

Este acto es una reivindicación del valor de la Sociología, pero es, sobre todo, un reconocimiento a una persona que ha realizado a lo largo de su brillante carrera una valiosísima aportación a la sociología y a lo largo de su vida ha contribuido de manera decisiva a la promoción de la igualdad entre los hombres y las mujeres. Su legado, que sigue acrecentándose, es ENORME.

La Universidad Complutense ha sido una constante en su vida. Allí se licenció en Ciencias Políticas y Económicas, allí fue donde realizó su Doctorado en Ciencias Políticas y Sociología, que obtuvo en 1978, y allí ocupó una Cátedra del Departamento de Sociología Aplicada desde 1991, tras un breve paso por la Universidad de Zaragoza.

Su carrera académica la llevó también fuera de España.Fue Profesora Visitante en la Universidad George Washington en dos períodos (1978-1980 y 1988-1989).

A lo largo de su carrera investigadora ha publicado innumerables trabajos. Su artículo más reciente está dedicado a la Historia del Feminismo y fue publicado en la Revista de Occidente en 2020. Se puede decir, con toda justicia, que ella, Inés Alberdi, forma ya también parte de la Historia del Feminismo en nuestro país.

Destacan sus trabajos sobre la familia, sobre la igualdad en el seno del matrimonio, sobre la situación de las viudas. Ella fue la primera que analizó en profundidad la transformación de las familias en España y sus consecuencias sobre las mujeres en todas las edades. Estudió los cambios en los roles familiares y domésticos, la situación de las parejas jóvenes, el impacto del trabajo remunerado en la vida familiar.

Ella comprendió y supo ver las consecuencias que iba a tener, la incorporación masiva de las mujeres al mercado laboral, sobre la familia y sobre la sociedad. Sus trabajos, en esta línea de investigación, son imprescindibles.

Los temas que Inés Alberdi ha analizado en su obra científica son apasionantes. Ha estudiado y diseccionado el concepto de amor romántico. Ha analizado los modelos matrimoniales, el poder de las mujeres en las instituciones públicas.

Ha sido también una de las pocas que se ha ocupado de subrayar la influencia del feminismo en la transición de España a la democracia. Yo siempre he dicho que, sin esa historia, que no se ha contado del todo, no se entiende la transformación democrática de nuestro país.

Aunque la dictadura había hecho desaparecer cualquier atisbo de feminismo, a principios de los años setenta, las mujeres habíamos comenzado a reunirnos, a hablar, a organizarnos, a buscar alianzas y aliados para intentar remover las discriminaciones que pesaban como losas sobre las mujeres. Muchas de ellas no profesaban el ideario feminista, pero comprendían desde la conciencia de la injusticia, que nos oprimía, que había que luchar por la libertad de las mujeres. Inés Alberdi formó parte de estos grupos universitarios y, después, del Movimiento de Liberación de la Mujer que tenía como objetivo lograr los cambios legales necesarios para reconocer los derechos de las mujeres.

1975 fue un año crucial para ese movimiento, donde estaba Inés Alberdi. Crucial para las mujeres españolas. Naciones Unidas lo declaró como Año Internacional de la Mujer y las Mujeres Españolas nos las ingeniamos para organizar plataformas, celebrar reuniones y hacer oír nuestra voz ante un régimen cuyo caudillo, el dictador Franco, estaba agonizando. Y nos las ingeniamos para conseguir gracias a la presión que se venía ejerciendo, a la denuncia pública, nacional e internacional, de la situación jurídica de la mujer para conseguir que se aprobara en Mayo de ese año 1975, una reforma del Código Civil que cambiaba el estatuto jurídico de la mujer casada, los derechos y deberes de los cónyuges y que fue el preludio de una reforma del Derecho de Familia.

Muerto Franco (noviembre 1975) e iniciada la transición a la democracia, esa experiencia, a la que se unieron cada vez más y más mujeres, de las más diversas tendencias y pensamientos, fue el inicio de una amplia reivindicación que hizo posible un avance importante en la modificación del Derecho de Familia.

Todas, dentro o fuera de los partidos que empezaban a jugar en la política española, sabíamos que teníamos que hacerlo, que no había opción, que no podíamos perder el tren de la transformación democrática. La convicción de que, a pesar de ser sólo una exigua minoría, unos miles de mujeres podíamos y debíamos mantener fuerte y viva, en el seno de una marea democrática impulsada por millones de ciudadanos, la lucha por los derechos de las mujeres.

Que los derechos de las mujeres no podían quedar perdidos entre tantas y tan fuertes prioridades como tenía aquella democracia en ciernes. Y que teníamos que encontrar los aliados y las vías para ponerlos en la agenda política.

La causa feminista no era, por cierto, muy ampliamente compartida en España, sobre todo porque sus ideas, o no habían podido atravesar el ambiente sofocante, vetusto y reaccionario de la dictadura de Franco, o habían sido presentadas como extremistas o incluso ridículas

El eslogan feminista de los años setenta (“lo personal es político), con todas las hondas implicaciones que esta reivindicación tenía para las españolas, desprovistas entonces de casi todos los derechos civiles, por no hablar de los sexuales, reproductivos o de familia, parecía pensado para las mujeres de otro planeta. Pero no, no era así. Había españolas que estaban dispuestas a luchar por ello. Inés Alberdi fue una de esas mujeres que lucharon por el reconocimiento de los derechos de las mujeres.

En el año 1976, la Historia, la política estaba sometida a una aceleración inusitada en España. En el proceso de transición recién iniciado se había logrado aprobar una ley de Amnistía Política en el deseo compartido por todos de evidenciar el compromiso de avanzar sin retorno. Pero curiosamente, aun cuando la vida política se desenvolvía a un ritmo enfervorecido algunos casos se resistían tercamente a cambiar.

Así mientras los presos políticos comenzaban a disfrutar de la libertad decretada por la Amnistía, aprobado en agosto de 1976, se juzgaban por adulterio a mujeres. Los Tribunales condenaban y metían en la cárcel a las mujeres por adulterio, por usar anticonceptivos.

No sólo es que no tuvieran permitido el divorcio, sino que a las mujeres que osaban rehacer sus vidas tras un fracaso matrimonial, se las enviaba a la cárcel.

Y en este caldo de cultivo se produjeron procesos judiciales que desencadenaron movilizaciones espectaculares de protesta en todo el país. Miles de mujeres salieron a la calle.

Eran gestos de solidaridad con las víctimas por supuesto, pero perseguían también la denuncia pública de situaciones que resultaban anacrónicas.

Y a partir de ahí, comenzó la acción coordinada que nos llevaría a obtener importantes resultados. Grupos de Mujeres Juristas, de Mujeres Separadas, de Mujeres Universitarias; grupos de mujeres de las asociaciones de vecinos, entonces muy activas en España, y otros vinculados a partidos políticos y sindicatos o grupos simplemente feministas, empezamos a trabajar juntas y pese a las diferencias ideológicas o de estrategia, que por supuesto existían, nos unimos en plataformas de organizaciones feministas. Y queda claro que el feminismo era plural y que entre sus miembros había diferencias, pero pudimos trabajar unidas.

Les cuento todo esto porque de todos estos movimientos, estrategias y acciones participó activamente Inés Alberdi, que ya en el año 1978 se preguntaba en un libro editado por Bruguera, si había llegado el fin de la familia. En 1980 fue nombrada asesora del Ministro de Justicia para la preparación de la Reforma del Código Civil en lo relativo a la familia y Divorcio. En 1981 comenzó a publicar estudios sobre los aspectos sociológicos del divorcio.

La profesora Alberdi, además de una personalidad poliédrica, ha sido una pionera en muchos ámbitos. Llama la atención que ya en 1986 escribiera dos artículos científicos sobre las repercusiones de las nuevas tecnologías en la situación de la mujer y en la promoción de la igualdad en el trabajo. Y también fue una de las primeras en estudiar las nuevas masculinidades, analizando el papel del hombre ante la paternidad.

Igualmente se debe subrayar que ha dedicado gran parte de su obra a estudiar una de las principales lacras que nos deja la desigualdad de género: la violencia contra las mujeres. Una lacra con al que desgraciadamente no hemos podido todavía acabar.

Las cifras ilustran la magnitud de su obra: 21 libros, 41 capítulos en libros colectivos y más de medio centenar de artículos.

Los proyectos de investigación que ha realizado también son numerosísimos, nacionales e internacionales. Ha trabajado, entre otros, en proyectos financiados por: el Ministerio de Educación, el Centro de Investigaciones Sociológicas, el Instituto de la Mujer, la Unión Europea, la Banca Pública, el Instituto del Crédito Oficial, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Ministerio de Asuntos Sociales, el Centro de Estudios del Menor y la Familia, la Fundación DIOTIMA, el Cuarto Programa de Igualdad entre Hombres y Mujeres de la Unión Europea, la Fundación LaCaixa, la Universidad Complutense de Madrid o el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Se podría pensar que quien ha escrito tanto y de manera tan innovadora y con tanto impacto, ha dedicado su vida a la Universidad, al estudio. Y, aunque esto es cierto, en el caso de Inés Alberdi no ha sido incompatible con su activismo feminista. Ha orientado su vida a propiciar los cambios sociales que impulsaron la igualdad entre mujeres y hombres en nuestro país. Ya he hecho referencia a su activismo en los años 70. En los 80 colaboró con el Instituto de la Mujer y con la Comisión de Igualdad de la Comunidad Europea. Ha sido diputada en la Asamblea de Madrid, donde trabajó sobre todo en las Comisiones de Mujer y de Asuntos Sociales y de Familia. En 2008, y hasta 2010, fue Directora Ejecutiva de UNIFEM, el Fondo de Desarrollo de la Mujer, de las Naciones Unidas, el precursor de lo que hoy es ONU Mujeres. Durante estos años se encargó de subrayar la importancia de la igualdad de género y el empoderamiento para el desarrollo del mundo, y, en particular, del continente africano. Como Presidenta de la Fundación Mujeres por África, que se dedica precisamente a impulsar el desarrollo de África a través de sus mujeres, no puedo estar más de acuerdo.

Y su experiencia internacional no se circunscribe a UNIFEM, también ha trabajado como experta en la Unión Europea en diversos temas relativos a la igualdad de género. Además, fue asesora senior en cuestiones de mujeres y de desarrollo del Banco Interamericano de Desarrollo en 1989, donde creó el Programa “Mujer en el Desarrollo”.

Este activismo sólido y constante no ha ido en detrimento de una carrera investigadora excelente. Ya lo he destacado, pero – aunque son de sobre conocidas sus aportaciones a la sociología de género – creo que puedo dar algún detalle más sobre la importancia de su obra en temas transcendentales para entender la transformación social de nuestro país. Inés Alberdi ha estudiado – como nadie - el proceso de modernización de la familia en España y la influencia que en ese proceso ejerció el feminismo. La familia española empezó a transformarse a finales de los años 60, aunque los cambios no se vieron reflejados en el ordenamiento jurídico democrático hasta principios de los 80. Ella ha analizado estos cambios sociales y jurídicos, poniendo de manifiesto la influencia de la Iglesia en la normativa matrimonial hasta que nuestra Constitución estableció la aconfesionalidad del Estado, lo que permitió la evolución de instituciones vinculadas a la familia, como el matrimonio o la filiación. Ella ha examinado las relaciones de autoridad e igualdad entre los cónyuges o la autoridad de los padres ante el creciente reconocimiento de los derechos de los hijos. Ha trabajado también sobre la violencia machista, sobre su concepto, su etiología y sus características, considerándola como consecuencia de la desigualdad y un fenómeno no solo individual, sino social. Hoy más que nunca vemos que lo que ella sostenía – que la violencia machista era ideológica, enraizada en el código patriarcal – es absolutamente cierto. Sus trabajos en todos estos ámbitos son una referencia ineludible.

Inés Alberdi ha elevado la sociología de género, la sociología feminista, a un nivel superior. En palabras suyas: “El punto de partida para conocer la sociedad es hacerse preguntas sobre ella… Pues bien, las preguntas que se formula la sociología de las relaciones de género son de las más importantes e interesantes que podamos pensar. La sociología del género se ocupa de algunos de los aspectos más importantes, más significativos y que más nos interesan de nuestra sociedad: las relaciones entre los hombres y las mujeres”. Y, sigue, “pocas variables son tan explicativas en cuanto a situar a un individuo dentro de la estructura social como el sexo al que pertenece”.

En su más reciente artículo, sobre la historia del feminismo, al que me he referido al inicio de mi intervención, Inés Alberdi sostiene que el feminismo ha propiciado una auténtica revolución en el siglo XX. Una revolución profunda que ha producido “un cambio histórico de enorme alcance” y que “ha sido original porque se ha producido sin violencia”.

En ese mismo artículo subraya que quedan retos, muchos retos pendientes y que mientras que existan, el feminismo seguirá siendo necesario.

Querida Inés, es claro que el feminismo es más necesario que nunca. Ojalá llegue el momento en que no lo sea. Hoy por hoy, todavía debemos enfrentarnos al gigantesco reto que suponen las violencias machistas, que persisten en todo el mundo. Y hay otros: el empoderamiento político y económico de las mujeres y la igualdad en las condiciones de trabajo. Y para enfrentarnos a todo esto, necesitamos mentes y voces tan lúcidas como la tuya.

Finalizo, celebrando una vez más la decisión de otorgar el Premio Nacional de Sociología 2019 a la profesora Alberdi, que ha sabido instigar a través del pensamiento, la ciencia y la investigación como nadie la revolución feminista, desde la sociología. Muchas gracias

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