María Ángeles Durán Heras

Biografía

Madrid, 1942

Licenciada en CC. Políticas y Económicas, es doctora en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid. Ha recibido el doctorado honoris causa por las Universidades Autónoma de Madrid, Valencia, Granada, La Rioja, Salamanca, U. Nacional de Córdoba (Argentina) y U. Nacional Autónoma de México (México).

Su tesis doctoral “El trabajo de las mujeres” marcó el inicio de la investigación sistemática sobre los condicionantes sociales en la vida de las mujeres en España. Ha realizado estancias de investigación o docencia en las universidades de Michigan , Cambridge, Washington (Seattle), PUC de Rio de Janeiro, Instituto Europeo de Florencia, Colegio de España en Paris y Universidad Nacional Autónoma de Mexico. Colabora con numerosas organizaciones internacionales, entre ellas UNESCO, OMS, ONUmujeres, y CEPAL.

Su campo principal de investigación es la frontera entre sociología y economía, especialmente el trabajo no remunerado. Pionera en muchos campos, fue la primera mujer que obtuvo en España una cátedra de Sociología. En 1987 se incorporó al Consejo Superior de Investigaciones Científicas como profesora de investigación. Actualmente sigue desarrollando su actividad, ad honorem, en el Centro de Ciencias Humanas y Sociales.

Ha recibido el doctorado honoris causa por las Universidades Autónoma de Madrid, Valencia, Granada, La Rioja, Salamanca, U. Nacional de Córdoba (Argentina) y U. Nacional Autónoma de México (México). También ha sido presidenta de la Federación Española de Sociología (1998-2001), integrante del comité ejecutivo de la International Sociological Association, directora del Seminario de Estudios de la Mujer y de la Cátedra UNESCO de Políticas de Género e Igualdad de Derechos entre Mujeres y Hombres (2010-2013) en la UAM.

El reconocimiento de su obra rebasa las fronteras académicas : ha recibido, entre otros, el Premio Nacional de Investigación en Ciencias Económicas, Sociales y Jurídicas Pascual Madoz, la Medalla de Extremadura, la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, el premio Juana Azurduy del Senado de la República Argentina, el Premio Clara Campoamor del Ayuntamiento de Madrid, el nombramiento como Colegiada de Honor del Colegio de Arquitectos de Madrid, el Premio Cultura para la Salud (ADEPS), el Premio Mensajeros de la Paz y el premio Protagonistas otorgado por los medios de comunicación para la modalidad de investigadores. En 2004 la Universidad Autónoma de Madrid instituyó el Premio María Ángeles Durán, destinado a fomentar la creatividad teórica y metodológica e impulsar la calidad de la investigación en los estudios de género.

Autora de más de doscientas publicaciones, entre sus libros destacan: “Los costes invisibles de la enfermedad”; “El trabajo no remunerado en la economía global”; “Si Aristóteles levantara la cabeza”; “La investigación sobre el uso del tiempo”; “La ciudad compartida”; y “La riqueza invisible del cuidado”. Abiertamente partidaria de la investigación-acción, en sus trabajos reivindica tanto el rigor de la observación empírica como la imaginación creativa y el compromiso social.

Premio Nacional de Sociología y Ciencia Política 2018

LAUDATIO DE DOÑA INÉS ALBERDI ALONSO CON MOTIVO DE LA ENTREGA DEL PREMIO NACIONAL DE SOCIOLOGÍA Y CIENCIA POLÍTICA, 2018

Majestad, Sra. Vicepresidenta del Gobierno, Sr. Presidente del CIS, Autoridades, señoras y señores, amigas y amigos, María Ángeles,

Esto parece un sueño. Estar aquí presentando el Premio Nacional de Sociología que le va a ser entregado por el rey de España a María Ángeles Durán

¿Es un sueño? Si, con mis ojos de juventud esto es un sueño. Y quiero mantener esos ojos para saber lo que hemos conseguido y valorar lo que tenemos.

Este Premio Nacional de Sociología es una ocasión para defender la importancia de la Sociología y sus aportaciones al análisis de los problemas y del cambio social. Hace cuarenta o cincuenta años la Sociología apenas existía. Eran saberes minoritarios, sospechosos de ser radicales y contestatarios. Se estudiaba en el extranjero, pero apenas en la universidad española. En la universidad, y como carrera, solo comenzó en 1974.

La Sociología es un saber al que no siempre se le ha reconocido prestigio. Se esgrime contra ella, su incapacidad de acertar con exactitud en sus análisis, pero en su defensa, podemos decir que la Sociología es la disciplina que plantea las preguntas más interesantes y tratan los temas que más nos importan.

Y este premio lo entrega el rey; un rey constitucional y democrático como veíamos en los países que añorábamos, como Suecia o Noruega. Países con tradiciones democráticas, libertades y una mayor igualdad social, a los que mirábamos con envidia desde la dictadura y la ausencia de derechos políticos. Ahora, que acabamos de celebrar los cuarenta años de nuestra Constitución, podemos estar orgullosos de un periodo que comenzó incierto pero que ha dado como fruto muchos años de paz y prosperidad, en los que la corona española ha jugado un papel muy positivo.

muy satisfactorio que Su Majestad entregue el Premio Nacional de Sociología a una persona magnífica y que, además, es una mujer. Con mis ojos de juventud esto es inusitado. Cuando yo llegué a la Facultad de Políticas y Económicas apenas había alguna profesora y ninguna era catedrática.

Este premio refleja lo que hemos cambiado, lo que hemos avanzado y en qué dirección lo hemos hecho. La Sociología también ha dado un salto de gigante en estos años. Como disciplina, ha sido la diseñadora, la analista y la vigilante de nuestra democracia. Pocas generaciones como la nuestra han tenido la suerte de estudiar el cambio social y ver cómo se ha desarrollado ante sus ojos. Hay muchas perspectivas para analizar los cambios sociales, pero la Sociología tiene, en este sentido, una posición envidiable. Y mi generación con ella. Empezamos deseando el cambio, luchando por él y luego nos hemos dedicado a analizarlo.

Esto es lo que ha hecho María Ángeles Duran a unos niveles de seriedad y de profundidad que este premio reconoce a nivel público y nacional. Muchos de los que aquí estamos tenemos la pena de no tener con nosotros a José Ramón Torregrosa. ¡Como le hubiera gustado estar hoy aquí! Como hubiera disfrutado del reconocimiento de su mujer, de la mujer a la que el tanto ayudó y de la que recibió tanta ayuda. El de María Ángeles y José Ramón fue un “marriage of true minds”, como se ha dicho de Virginia y Leonard Woolf, un matrimonio de encuentro entre dos inteligencias afines. Unidos desde muy jóvenes, recorrieron un camino muy próximo de estudio e investigación, él más en la psicología y ella más en la sociología de lo cotidiano.

Estamos aquí para glosar la obra de María Ángeles Durán, a la que ha dedicado toda su vida. Dice Proust que los grandes autores llevan su obra dentro de sí y se han de sacrificar a ella, en el mejor sentido de entrega a una causa.

María Ángeles, al igual que Proust, ha dedicado parte de su vida a reflexionar sobre el tiempo. Y una de sus investigaciones más interesantes ha sido unir la perspectiva del género a las diferencias en el uso del tiempo. ¿Por qué la vida de los hombres y de las mujeres ha sido tan diferente hasta ahora? ¿Por qué empieza solo ahora, en el Siglo XXI a ser algo más parecida? Porque han usado su tiempo de otra manera, porque se han dedicado a otras cosas y porque la cronología vital se marcó de una forma distinta para unos y para otras. Sabemos cómo empezó la diferenciación de tareas, pero todavía no tenemos explicación de por qué esta diferencia de tareas se convirtió en una diferencia de poder. Durkheim, en el XIX, elogiaba esa prudencia de los humanos de dividir el trabajo entre ellos y ellas. Las mujeres dedicando su vida a una tarea fundamental, la de la reproducción, y los hombres ocupándose de la protección, de crear y construir. Hay algo muy inteligente en esa división de tareas, pero, a la vez, ha sido el origen de una gran desigualdad.

No está claro, y sobre ello reflexiona Hariri en su obra Sapiens, por qué esa diferencia de tareas ha supuesto históricamente el sometimiento de las mujeres y el poder de los hombres sobre ellas. ¿Cómo podemos explicar que las personas que realizan los más asombroso, lo más mágico, traer al mundo nuevos seres, queden desposeídas de poder en la mayoría de las sociedades conocidas? Conocemos la historia, conocemos la sucesión de hechos que la configuran, pero no sabemos cómo se produjo esa evolución.

Pues bien, aunque nos falta una explicación suficientemente satisfactoria de la aparición del patriarcado, si tenemos, a través de estudios como los realizados por María Ángeles Duran, una descripción de su arraigo y permanencia. Estudiando a que dedican el tiempo las mujeres y los hombres entendemos la sujeción de las mujeres a las leyes de la naturaleza por estar, por siglos, dedicadas a la reproducción y al cuidado.

Con los avances técnicos del siglo XX se sentaron las bases de la revolución feminista que empezó a pedir, no solo una educación similar para las mujeres y los hombres, sino fundamentalmente unos derechos iguales al trabajo y la participación social. Eran los años sesenta y María Ángeles Duran estaba allí. Son los años en que llegaron a nuestro país los ecos de esa revolución feminista que había comenzado dentro de las manifestaciones americanas por los derechos civiles y contra la guerra de Vietnam. Todo ello caló en las universidades españolas, especialmente en la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de Madrid que hervía de activismo y de ganas de cambiar el mundo. Y allí estaba María Ángeles.

La aportación de Durán a la Sociología se ha centrado en estudiar una serie de aspectos que, anteriormente, pasaban desapercibidos. Su gran logro ha sido poner en la agenda social y en el ambiente académico el estudio de una serie de cuestiones que, por obvias, se olvidaban: el trabajo no remunerado y el valor económico de los cuidados, es decir, la aportación de las mujeres al bienestar.

El trabajo de María Ángeles Duran ha tenido presente siempre la idea de la igualdad de oportunidades entre las mujeres y los hombres. Ha estudiado los cuidados de la infancia, el tiempo de descanso o de trabajo, la esperanza de vida, teniendo siempre presente la perspectiva de género. Perspectiva que consiste en tener los ojos abiertos a las posibles discriminaciones que no vemos por el hecho de que “siempre ha sido así”. Como recordaba hace dos años, Emilio Lamo de Espinosa, en una situación similar a la de hoy, la tarea de la Sociología ha de ser indagar en lo obvio, lo olvidado, lo que pasa desapercibido porque “siempre ha sido así”. Problematizar fenómenos cotidianos que dábamos por supuesto. En este caso, la desigualdad de género.

La sociología ha sido, en España, un proyecto de modernización y en el trabajo de María Ángeles Durán tenemos un buen ejemplo. Si hay algún cambio que podemos señalar entre los más importantes que se han producido en España en estos años de vida democrática, es el cambio en la vida de las mujeres. Sus niveles de educación, de participación en el trabajado remunerado, sus niveles de autonomía y de libertad han supuesto una de las transiciones modernizadoras más profundas de nuestro país. Y hoy, gracias a estudios como los de Durán, y gracias al esfuerzo de miles de mujeres y de hombres que han hecho suya la reivindicación de los derechos de las mujeres, podemos compararnos en términos satisfactorios con los países más avanzados de Europa.

María Ángeles Durán se licenció en la Facultad de Políticas y Económicas en 1964, presentó su Tesis en 1971 sobre “El trabajo de las mujeres” y ganó una Cátedra de Sociología en 1982. En el CSIC, a partir de 1987, ha desarrollado buena parte de sus investigaciones sobre trabajo, familia, salud y urbanismo. Siempre, con perspectiva de género. Y, a la vez, con una gran repercusión social. Su obra ha servido especialmente a unos y otros colectivos sociales que con ella han visto reivindicadas sus actividades y justificadas sus demandas.

A la vez, la obra de la profesora Durán ha tenido una importante proyección internacional con sus conferencias por todo el mundo. También ha recorrido las universidades españolas como conferenciante. Y ha sido nombrada Doctora Honoris Causa en la Autónoma de Madrid, en la Universidad de Valencia y en la Universidad de Granada.

Ha colaborado también a la institucionalización de la Sociología como profesión, siendo presidenta de la Federación Española de Sociología y como miembro del Comité Ejecutivo de la Asociación Internacional de Sociología, acudiendo a Congresos y Simposios en centros y universidades de todo el mundo.

Fundamentalmente, María Ángeles Durán ha sido una investigadora de la realidad social. Son muchos los temas que le han interesado. La atención a la salud, el análisis de la familia, la conciliación de la vida personal y laboral, los tiempos del cuidado y otras actividades no consideradas como trabajo. También se ha ocupado de la organización de las ciudades y recientemente ha dado a la imprenta su último libro sobre “la riqueza invisible del cuidado”.

María Ángeles Durán ha sido un ejemplo para las generaciones de mujeres jóvenes a las que ha enseñado en las aulas y ha inspirado con sus trabajos. Con su vida y con su obra ha sido un ejemplo de lo que muchas mujeres españolas sueñan con alcanzar.

Para terminar, quiero reiterar que si hay algo singularmente importante entre los trabajos de Duran es el estudio del trabajo no remunerado de las mujeres. Analizar el valor del trabajo no remunerado en las economías desarrolladas y estudiar hasta qué punto el bienestar se sostiene con estas aportaciones, a menudo invisibles y realizadas por mujeres, ha sido relevante y, a la vez, novedoso.

Visibilizar el sector no remunerado de la economía permite contabilizar el trabajo no remunerado que realizan las mujeres. Esta reivindicación de la aportación femenina al bienestar de todos merece nuestro reconocimiento.

Hoy es la primera mujer que recibe el Premio Nacional de Sociología, igual que en 1982 fue la primera mujer que logró una Cátedra de Sociología, Ha sido muchas veces la primera en alcanzar algo. Y terminaré deseando que dejen de existir primeras veces porque las mujeres sean ciudadanas con todos derechos y todas las oportunidades, no excepciones minoritarias en profesiones y reconocimientos.

Celebramos un acto que tiene las características de un sueño. Usando el título de uno de sus libros, “si Aristóteles levantara la cabeza” no se lo podría creer. Le parecería imposible un acto de tanta solemnidad dedicado a reconocer los logros de una mujer que se ha ocupado en estudiar temas tan cercanos a los suyos. Una mujer que se ha destacado entre sus colegas, con méritos suficientes y excepcionales para merecer el Premio Nacional de Sociología. Muchas gracias.